Cada uno de nosotros somos artistas divinos y creamos nuestra realidad a través de nuestras emociones y nuestros pensamientos.
El creador trascendental no debe dudar en utilizar todo aquello que le permita expresar la realidad.
Lo romántico es una paradoja inalcanzable.
Las mujeres insisten en la idea de que, cuando sus vidas se vuelvan románticas, gozarán de una sexualidad satisfactoria, aunque sus vidas resultan casi tan aburridas y frustrantes como pelar semillas tostadas de girasol.
Esperar un amor auténtico y perfecto como criterio de placer sexual, es como si para aprender a nadar necesitáramos estar en el mar Egeo viendo un amanecer en la época clásica griega.
El amor debe envolver a la pareja en una unidad trascendental y al mismo tiempo iluminar lo individualmente divino. El amor para ser autentico, debe ser cálido, ardiente, radiante y vivificante.
Georg Feuerstein
Seguimos insatisfechos porque carecemos de toda intuición para la felicidad. La confundimos con esporádicos borbotones de placer, con la diversión rutinaria y mecánica, la fricción genital, la ingestión de alcohol o los pasatiempos televisivos.
Michel Onfrey
El temor al sexo también puede ser una fobia, como el miedo a volar, a cruzar la calle o a estar en un sitio alto. Los síntomas de alarma son bastantes similares: palpitaciones, jadeo, presión pectoral, sudor, frío y miedo a un accidente mortal.
Avodah K. Offit
Herencia de culpa y vergüenza sexual.
Según el modelo cristiano clásico el cuerpo es innatamente impuro y por lo tanto enemigo de la vida religiosa o espiritual. Nacemos corruptos, culpables y en pecado. Estas enseñanzas han agriado la vida sexual de muchas generaciones de cristianos, agobiados de remordimientos.
Georg Feuerstein
Exhortar la castidad constituye una incitación pública al ir en contra de la vida.
Todo desprecio de la vida sexual y toda impurificación de ésta, al tacharla de “impura”, representan el verdadero pecado contra el Espíritu Santo de la vida.
Nietzsche
La espiritualidad cristiana aun tiene que subsanar la falta entre el amor al prójimo y el amor a uno mismo. Las Iglesias no han aprendido que el problema no desaparecerá por mucho que se enseñen y prediquen verdades teológicas. El descuido de la consciencia corporal es un obstáculo enorme, tanto para la madurez humana como para el crecimiento espiritual… Cualquier paradigma de la espiritualidad occidental que se quiera nuevo deberá abandonar el mero discurso teológico y dar un salto hacia la consciencia del cuerpo.
Campbell y McMahon
La culpa trastorna a quienes menos saben de sexo. Y la ignorancia sexual suele ser mayor en las conciencias puritanas; podría decirse que los intransigentes en materia religiosa tienden a ser frígidos en materia sexual.
Georg Feuerstein
No desprecio a los creyentes, no me parecen ni ridículos ni dignos de lástima, pero me parece desolador que prefieran las fricciones tranquilizadoras de los niños a las crueles certidumbres de los adultos. La miseria espiritual produce la renuncia de sí mismo: crea las miserias sexuales, mentales, políticas, intelectuales, entre otras.
El ateísmo no es una terapia, sino salud mental recuperada.
Michel Onfrey
Entre los cátaros se permitía las prácticas sexuales siempre que estas no concibieran más almas. No tenían ningún rito matrimonial, ya que la procreación, el hecho de traer hijos al mundo material estaba mal visto. Permitían incluso la homosexualidad, por aquel entonces conocida como sodomía.
El atávico coitus reservatus, la cópula prolongada sin eyaculación ya era practicado antes de cristo por los esenios. El pueblo donde germinaría por vez primera la semilla del cristianismo. Volviendo a resurgir siglos después en la baja edad media por sus herederos los “cátaros” que pondrían en peligro la supremacía absolutista del dogma católico promulgado por la Iglesia Romana. Este sería el motivo del Papa Inocencio III para perpetrar la cruzada albigense contra los “cátaros” del sur de Francia. Los cataros fieles súbditos del Rey aragonés Pedro II serian acusados de herejes, perseguidos por los poderosos señores feudales de Francia incitados por la supremacía papal serian despojados tambien de sus tierras, acabando acusados de herejes por los tribunales de la inquisición y condenados a morir quemados vivos en las hogueras, por chocar de frente con la doctrina que imponía la Iglesia Romana.
La belleza esta en la elegancia de la sencillez.
El arte tiene por finalidad la representación de lo absoluto de un modo limitado; lo absoluto se concibe de una intuición de carácter pasajero e inconsciente.
“El carácter fundamental de la obra de arte es… una inconsciente infinidad”
El Arte es la supercepción de lo real y lo ideal, es la perfección del saber y la filosofía que lleva al hombre al conocimiento de lo más alto la belleza es lo infinito, representado de un modo finito y la belleza absoluta es la belleza originaria de la idea.
Freedrich Schelling
CUBIERTOS LUCIDOS
&&&&&&&&&&&&&& LA BELLEZA ESTA EN LA ELEGANCIA DE LA SENCILLEZ. &&&&&&&&&&&&&
Arte inmanencial
Al principio de la década de los años setenta el escultor nacido en Bagdad en el año 1927 Abram Habbab de 44 años de edad, residente en Italia se trasladaría a Paris instalando su taller en Ménilmontant. Allí elaboraría miles de esculturas retorciendo principalmente tenedores. Las cucharas las utilizaba menos, excluyendolas, porque decía que eran feas.
Las pequeñas esculturas de Habbah eran expuestas en espacios museísticos y adquiridas por los coleccionistas de arte entre 15.000 y 100.000 pesetas. Cuando un trabajador asalariado en España cobraba una paga mensual alrededor de las 75.000 pesetas; unos 450 de los actuales euros.
Hasta finales del ajetreado siglo XX el arte contemporáneo vive humillado, utilizado exclusivamente solo para fines materiales. Los mismos artistas se quejan de la indiferencia del espectador hacia sus obras, pero la mayoría de ellos no busca más que ganar dinero, fama y honor. Creando cantidad de obras de arte sin entusiasmo, con el corazón frío y el alma dormida.
Afortunadamente en los primeros años del tecnocratico siglo XXI, cada vez más gente, el público en general, defraudado harto y desengañado, sin comprender nada de los circenses acontecimientos descritos como culturales, pierde el interés por el fraudulento arte y le vuelve tranquilamente la espalda.