Los puestos de bebidas y refrescos eran muy abundantes en los recintos feriales.
En este caso vemos a las dos señoras que atienden el puesto, protegidas por una
sombrilla, púes resultaba muy difícil cobijarse bajo la sombra de un árbol porque
estaban muy solicitados.
En la imagen podemos observar botellas de vino y de anís, además de unos vasos
también hay bolsitas de almendras garrapiñadas y azucarillos.
Bajo la mesa hay un balde con agua fresca con hielo y una lata de metal donde se
guardaban los dulces y tortas para que no se resecaran.
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